lunes, 12 de octubre de 2015

EL RAPTO DE LA IGLESIA Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO


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Te dejo los videos (1° y 2° parte) donde predico acerca de este tema (el contenido de los videos es el mismo que el expuesto mas abajo):






Introducción


Estamos haciendo este estudio sobre un tema trascendental dentro de la doctrina cristiana como lo es el rapto o arrebatamiento de la iglesia y la segunda venida de Cristo al final de la Tribulación.

Vamos a basar este estudio en los capítulos 24 y 25 del libro de Mateo y en muchos otros pasajes de las Escrituras. Vamos a intentar demostrar que, en efecto, estamos viviendo los tiempos finales, motivo por el cual tanto el rapto o arrebatamiento de la iglesia como la segunda venida de Cristo son hechos que están en un futuro cercano.

Las profecías de Jesús contenidas en su “discurso del Monte de los Olivos” (capítulos 24 y 25 del libro de Mateo), que inicia en Mateo, 24:3 con el título “Señales antes del fin” y continua hasta Mateo, 25:46, fueron una respuesta a la pregunta de sus discípulos: “¿Qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?”. Cristo les dio:

[1] señales generales: falsos Cristos, guerras y rumores de guerras, pestes, hambres, terremotos, aborrecimiento de unos a otros, falsos profetas, enfriamiento del amor por la multiplicación de la maldad y la predicación del Evangelio en todo el mundo (Mateo, 24:4-14);

[2] señales especiales: la “abominación desoladora” de la que hablo el profeta Daniel (Mateo, 24:15-28);

[3] señales espectaculares o eventos astronómicos (“el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo”) que ocurren en su venida triunfante con poder y gran gloria (Mateo, 24:29-31);

[4] advertencias a los creyentes que vivan antes de la Tribulación, para que estén espiritualmente preparados para el rapto de la iglesia (Mateo, 24:36-51, 25:1-30);

[5] advertencias para los santos de la tribulación (que no representan a la iglesia, la cual es arrebatada con anterioridad) para que estén alerta a las señales de la segunda venida de Cristo inmediatamente después de la Tribulación de 7 años (Mateo, 24:32-35); y

Para que se entienda: antes de hacer caer los peores juicios sobre la tierra para castigar a la humanidad, Dios va a sacar a su iglesia de la tierra en lo que se conoce como el rapto o arrebatamiento de la iglesia. Dios va a hacer desaparecer a la iglesia y luego hará llover los perores juicios sobre la tierra. La iglesia está formada por los cristianos verdaderamente convertidos al momento del rapto y los “santos de la Tribulación” también son cristianos pero que no forman parte de la iglesia. Ellos no se fueron en el rapto. Se terminan de convertir luego del rapto, durante la Tribulación.

[6] una descripción del juicio de las naciones después de la segunda venida de Cristo (Mateo, 25:31-46); cuando Cristo venga a la tierra por segunda vez, se encontrara con personas que sobrevivieron a la Gran Tribulación:

[a] las ovejas: son los “santos de la tribulación” y son los cristianos convertidos durante la tribulación y a estos Jesucristo apartara a su derecha; y

[b] los cabritos: son personas que, a pesar de haber sobrevivido a la Gran Tribulación, siguen sin convertirse y a estos Jesucristo apartará a su izquierda y serán condenados;

Comenzamos

No todos los versículos de Mateo, 24 y 25 están dirigidos al mismo público sino a públicos distintos:

1º Corintios, 10:32 No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios.

O sea que, en principio, tenemos 3 grupos a los que está dirigido el mensaje de Cristo:

[1] La iglesia;

[2]  Los judíos; y;

[3]  Los gentiles;

Habría un cuarto grupo que seria los “santos de la tribulación”.

Empecemos por lo más fácil que es la iglesia. En la iglesia de Jesucristo hay de todo: judíos y gentiles, que tienen en común el haber aceptado a Cristo como Señor y Salvador. Ya lo veremos con mayor detalle pero, a modo de anticipo, diremos que la iglesia será raptada, es decir, Dios sacara a la iglesia de la tierra antes de hacer llover sus juicios para castigar al mundo. Los judíos “a secas” son judíos que, ya sea por su ateísmo o por su ortodoxia (apego a su religión que es el judaísmo) no han aceptado el mesianismo de Jesús. Los gentiles son no judíos que tampoco han aceptado a Jesús como el Hijo de Dios. Mientras la iglesia es rescatada por Dios, tanto judíos como gentiles van a pasar por los juicios terribles de la Gran Tribulación. De estos judíos y gentiles va a salir un grupo que van a ser los “santos de la tribulación”, es decir, personas que se van a convertir al cristianismo durante la Gran Tribulación.

Tribulación y Gran Tribulación

Se conoce con el nombre de Tribulación a los últimos 7 años del gobierno del hombre sobre la tierra, antes de la segunda venida de Jesucristo. A su vez, se suele dividir a estos últimos 7 años en dos mitades: un primer sub-periodo de 3 años y ½ llamado Tribulación seguido de un segundo sub-periodo, también de 3 años y ½, llamado Gran tribulación. La “bisagra” entre estos 2 periodos es la manifestación y revelación plena del anticristo declarándose Dios dentro de un tercer templo que aun hoy no se ha construido. Esta es la “abominación desoladora de la que hablo el profeta Daniel” (Mateo, 24:15, Daniel, 9:27) y de la que también hablo Pablo (2º Tesalonicenses, 2:3-4). La diferencia es que las calamidades y los eventos desastrosos serán más frecuentes e intensos en el segundo sub-periodo de 3 años y ½, pero, en general, los últimos 7 años serán angustiosos.

Por un lado, Jesucristo hablo de que sus seguidores, a lo largo de la historia, sufrirían “tribulación” (angustia y dificultades), como una “condición general” que acompañaría a los cristianos a lo largo de toda la era de la iglesia, es decir, las angustia y las dificultades serian inherentes a la condición de cristiano.

Por el otro, Jesucristo aquí hablo de la “Gran Tribulación” como un “periodo de tiempo” que tendrá un comienzo y un final y que comenzará cuando la “abominación desoladora” (el anticristo), que fue predicha por el profeta Daniel, se manifieste en el (tercer) Templo, a la mitad de los últimos siete años de la historia (Mateo, 24:15) y terminará (ese periodo de “Gran Tribulación”) con la segunda venida de Jesucristo a la tierra, 3 años y ½ después (Mateo, 24:29-30).

El propósito de la Gran Tribulación es doble:

[1] disciplinar (purificar) al pueblo de Israel para que esté preparado para recibir al Mesías, que ya ha venido (Jesucristo) pero que ellos no han querido aceptar; y

[2] destruir completamente a las naciones en las cuales fue esparcido Israel y que también rechazaron al Mesías.

 ¿Y la iglesia?.

En el caso de Israel, todas las generaciones desde la cruz están perdidas por haber rechazado al Mesías. La disciplina de la última generación de israelitas tiene la intención de llevarlos a que terminen de aceptar a Jesucristo como el Mesías de Israel.

En el caso de la iglesia, todas las generaciones anteriores han muerto creyendo en Jesucristo por lo que el sufrimiento de una última generación de cristianos en la Gran Tribulación no tendría ningún sentido ya que no serviría para purificar a todas esas generaciones anteriores de creyentes que ya han sido purificadas por que, precisamente, han muerto en Cristo.

Lo que debe quedar claro es lo siguiente:

[1] El propósito de la Gran Tribulación es el de disciplinar a Israel y destruir completamente a las naciones que lo maltrataron y que rechazaron al Mesías; y

[2] La Iglesia no tiene necesidad de ser purificada o disciplinada, y por consiguiente nuestra presencia aquí durante ese período – la Gran Tribulación –  estaría en oposición directa a nuestra naturaleza como la ve Dios. La Iglesia fue purificada en la cruz, ocasión en la que todos los castigos que merecíamos por nuestros pecados, fueron llevados por el mismo Señor.

 La Iglesia es una “nueva raza humana”, que sale de entre judíos y gentiles pero que no comparte su destino con ninguno de los dos (Efesios, 2:15-16).

Efesios, 2:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

Por esto Pablo divide a las personas en 3 categorías distintas: judíos, gentiles y la iglesia.

1 Corintios, 10:32 No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios;

Debido a esto, Dios ha prometido remover a la Iglesia antes de que inicie la Gran Tribulación.

1 Tesalonicenses, 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

1 Tesalonicenses, 5:9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

También tenemos el siguiente pasaje de Apocalipsis:

Apocalipsis, 3:10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 

Pero ¿de qué manera la iglesia será rescatada de la ira venidera?.

Hay un pasaje en Lucas que sugiere que habría una “forma de escapar” de estos eventos descriptos en Mateo, 24 y ss. acerca de la Gran Tribulación:

Lucas, 21:36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

Jesucristo dio a entender que los verdaderos creyentes tendrían una forma de escapar de “todas estas cosas” pero no dijo nada más. Años más tarde, el misterio fue revelado a Pablo en 1º Corintios, 15:51-52.

El rapto o arrebatamiento de la iglesia

1 Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

Aquí Pablo dice que estaba revelando un “misterio” (un secreto), pero la resurrección de los muertos se puede encontrar en el Antiguo Testamento. El secreto está en que algunos no van a morir, sino que serán tomados vivos ante la presencia del Señor después de pasar por una transformación instantánea.

El Rapto sucede muy rápido. En un instante nos encontramos caminando en la tierra y al siguiente estamos en el Reino.

El rapto o arrebatamiento de la iglesia consiste en el traslado instantáneo de millones de personas vivas de la tierra a los cielos, en los días venideros y está acompañado por otro evento paralelo: la resurrección previa de todas aquellas personas que, antes de morir, pidieron perdón a Dios por sus pecados, aceptando a Jesús como su Señor y Salvador pero la muerte se les anticipo. O sea, tanto los muertos en Cristo (serán “resucitados”) como los cristianos que se encuentren vivos (serán “transformados”) serán llevados al cielo, en un pestañear e inmediatamente comenzara la Tribulación.

Aunque el día y la hora del rapto de la iglesia no lo conoce nadie (solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo), respecto de la “época” en que ocurrirá se han desarrollado 3 posturas doctrinales:

[1] Pretribulacionista: según la cual el rapto ocurrirá antes de la Tribulación total que durara 7 años (es más, según esta postura con el rapto se inicia el periodo de los últimos 7 años);

[2] Mesotribulacionista: según la cual el rapto ocurre a mitad de los últimos 7 años, es decir, a los 3 años y ½ de comenzado el periodo total de la Tribulación de 7 años por lo que el rapto aquí coincide con otro evento que es la manifestación de la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15); y

[3] Postibulacionista: según la cual el rapto ocurre al final de la Tribulación, superponiéndose casi con la segunda venida de Cristo (es la postura que menos adhesiones ha despertado);

Pasajes bíblicos que sustentan  la ocurrencia del rapto:

1 Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

1 Tesalonicenses, 4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Juan, 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

El Rapto es un evento desconocido y secreto, cuando Jesús llega a medio camino entre el cielo y la tierra para encontrarse con su iglesia en el aire y llevarla a donde Él se encuentra ahora. Y decimos “desconocido y secreto”, porque el momento específico permanecerá desconocido hasta que haya sucedido.

La Segunda Venida, en cambio, es un evento conocido y público cuando Jesús llega hasta la tierra con su iglesia, para establecer Su reino aquí. Y decimos “programado y público” porque el momento general de su llegada será conocido en la tierra 3 años y ½ antes que suceda (a partir de que se manifieste la “abominación desoladora”, quedaran 3 años y ½ para la segunda venida de Cristo) y público, porque todas las personas en la tierra podrán ver su llegada (Apocalipsis, 1:7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá).

La Gran Tribulación (los últimos 3 años y ½) comienza en Apocalipsis 11—13. Pero la ira de Dios es más larga, empezando en Apocalipsis 6 (los juicios de los sellos). Los juicios de las copas que vienen después, no inician el momento de su ira, sino que la concluyen (Apocalipsis 15:1).

Habiendo sido rescatados del tiempo, del lugar y de cualquier relación que hubiera con la ira de Dios, significa que la Iglesia tiene que desaparecer antes de Apocalipsis 6 (que es donde realmente comienza la ira de Dios), y es por eso que el Rapto debería llevarse a cabo en Apocalipsis 4:

Apocalipsis, 4:1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.

La Iglesia es ese grupo de creyentes que se ven en el Cielo en Apocalipsis 5.

¿Por qué es de suma importancia que nos vayamos en el rapto?

Venimos diciendo que tenemos 4 grupos o compañías de personas: la iglesia, los santos de la tribulación, los judíos y los gentiles y ya hemos dicho quienes son cada uno. También venimos diciendo que la iglesia se va a ir en el rapto en algún momento durante la primera mitad de los 7 años totales, motivo por el cual la iglesia no entrara en la Gran Tribulación, donde se van a ver los juicios de Dios más severos. La iglesia será, por tanto, rescatada de la ira de Dios. Se van a quedar a atravesar la Gran tribulación los judíos y los gentiles. Respecto del segundo grupo, los “santos de la tribulación”, venimos diciendo que son personas que se convertirán al cristianismo, luego del rapto, durante la Gran Tribulación y van a salir de los judíos y gentiles que se quedaron. No se fueron en el rapto porque no formaban parte de la iglesia.

Dentro de este grupo de judíos y gentiles que no se fueron en el rapto y que van a atravesar la Gran tribulación y de los cuales van a salir los “santos de la tribulación” tenemos:

[a] Judíos y gentiles incrédulos que, al momento del rapto, jamás habían aceptado a Jesucristo (nunca fueron cristianos); y

[b] Judíos y gentiles creyentes pero que eran cristianos inconstantes (llamados “cristianos tibios”), es decir, cristianos que se congregaban y participaban, incluso, de algunas de la actividades de su congregación, pero que, al momento del rapto, no estaban 100% convertidos (por eso no se fueron en el rapto);

De estos dos grupos saldrán los “santos de la tribulación”, es decir, los cristianos que se conviertan durante la Gran Tribulación.

Surge, entonces, una pregunta interesante: dentro de los “santos de la tribulación” ¿de quienes habrá más?. ¿Judíos o gentiles?. ¿Judíos y gentiles que no se fueron en el rapto por incrédulos (nunca creyeron en Dios) o Judíos y gentiles que, habiendo creído en Jesucristo, no se fueron en el rapto por ser tibios?. Lo primero que tenemos que decir es que hay malas noticias para los gentiles, es decir, para los no judíos, porque la mayoría de los “santos de la tribulación” van a  ser judíos. ¿Por qué?. Porque el foco de la Gran Tribulación es judío. Ya dijimos que el propósito principal de la Gran tribulación es disciplinar a Israel para llevarlos a la aceptación de Jesucristo como el Mesías. Con el rapto habrá terminado la era de la iglesia (que fue de la cruz al rapto) y se habrá acabado la gracia.

Con el rapto, se acaba el “tiempo de gentiles” y Dios volverá sus ojos a Israel. Para los gentiles fue la “gracia” (que fue de la cruz al rapto). Para judíos es la Gran tribulación. Y de los pocos gentiles (no judíos) que formen parte de los “santos de la tribulación”, es muy probable que la mayoría hayan sido “gentiles incrédulos” y no tibios. ¿Por qué?. Porque los cristianos tibios que no se hayan ido en el rapto precisamente por ser tibios, van a quedar resentidos de alguna manera con Dios. Ellos, aun reconociendo su tibieza, le van a reprochar a Dios lo siguiente: ¿nosotros, aunque fuimos tibios, siempre creímos en vos y hasta hicimos algunas cosas por tu obra, tenemos que pasar por las mismas calamidades que los judíos, que nunca aceptaron a tu Hijo y que los gentiles que jamás creyeron en vos?.

Es decir, a los cristianos gentiles tibios, su conocimiento previo de Dios no solo que no les va a servir para nada (no les va a ser contado por justicia) sino que, además, les va a jugar en contra. Ellos, conociendo la verdad, se relajaron y no tomaron en serio las advertencias de Dios.

Apocalipsis, 3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Jesucristo dice que es mejor ser frio (incrédulo) o caliente (lleno del Espíritu Santo), antes que tibio.

Hacete un auto examen. Si sos gentil (no judío) y cristiano y hay tibieza en vos, yo te diría que tu única oportunidad es el rapto de la iglesia.

Romanos, 11:25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 11:26 y luego todo Israel será salvo.

Con esto Pablo quiere decirles a los gentiles (los no judíos) que no se “agranden”, es decir, que no piensen que van a reemplazar a Israel porque, una vez que la plenitud de los gentiles termine (es decir, la era de la iglesia) todo Israel será salvo.

Los siete arrebatamientos biblicos

Para terminar de demostrar que el rapto es una doctrina que tiene una fuerte presencia en las Escrituras, vamos a hablar ahora de los 7 raptos o arrebatamientos que se registran en la Biblia (5 cumplidos y 2 todavía sin cumplir).

1º Arrebatamiento 'cumplido' (Enoc)

Génesis, 5:24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Hebreos, 11:5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

2º Arrebatamiento 'cumplido' (Elías)

2º Reyes, 2:11 Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

3º Arrebatamiento 'cumplido' (Jesucristo)

Hechos, 1:9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 1:10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 1:11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

Apocalipsis, 12:5 Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.

4º Arrebatamiento 'cumplido' (Felipe)

Hechos, 8:38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. 8:39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. 8:40 Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesárea.

El de Felipe fue el único arrebatamiento de una ciudad a otra (de un lugar de la tierra a otro lugar de la tierra y no al cielo).

5º Arrebatamiento 'cumplido' (Pablo de Tarso)

2º Corintios, 12:2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 12:3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 12:4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.

Existen 3 paraísos y 3 cielos:

[1] el primer paraíso fue el Huerto del Edén, de donde fueron expulsados Adán y Eva por pecar (Génesis, 3:24);

[2] el segundo paraíso fue el Seno de Abraham (Lucas, 16:22); y

[3] el tercer paraíso es la Nueva Jerusalén, que está en el tercer cielo (Apocalipsis, 21:9-27);

El 'primer cielo' es la atmosfera, el 'segundo cielo' es el universo y el 'tercer cielo' es donde está el Trono de Dios. Pablo dice que fue arrebatado hasta el 'tercer cielo'.

6º Arrebatamiento 'pendiente' (Iglesia)

1º Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

1º Tesalonicenses, 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

7º Arrebatamiento 'pendiente' (los 2 testigos del Apocalipsis)

Apocalipsis, 11:3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. 11:4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. 11:5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. 11:6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. 11:7 Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. 11:8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. 11:9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. 11:10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. 11:11 Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. 11:12 Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.

Estos 2 testigos del Apocalipsis muy probablemente sean ELIAS y MOISES.

Sabemos que Elías, en su tiempo, oro para que no lloviera (poder para cerrar el cielo) y también conocemos todos los prodigios que hizo Moisés, delante de Faraón, para que dejara salir a su pueblo (Israel) de Egipto. Estos dos testigos que menciona el Apocalipsis, tendrán poder, precisamente, para hacer todas estas maravillas. Con el arrebatamiento de la iglesia se inicia la Tribulación de 7 años (según la doctrina pretribulacionista) o la Gran tribulación (según la doctrina mesotribulacionista). Luego del rapto vendrán estos 2 testigos y profetizaran contra el anticristo 3 años y ½ (1.260 días). Finalmente los mataran y no permitirán que los entierren. A los 3 días y ½ de muertos serán arrebatados por Dios.

¿Qué te espera en la Gran Tribulación?

En la Gran Tribulación te esperan todas las cosas descriptas en el libro de Apocalipsis:

[a] va a escasear el agua: el único agua potable que se puede beber es el que se encuentra mayormente en ríos y lagos – el agua dulce – el cual va a quedar envenenado y Dios va a provocar esto (Apocalipsis, 16:4);

[b] van a escasear los alimentos;

[c] el sol va a estar tan enfermo que va a incinerar todo lo que se exponga a él (Apocalipsis, 16:8);

[d] va a estar la “marca de la bestia” sin la cual nadie va a poder comprar ni vender (Apocalipsis, 13:16-17; 16:2);

Apocalipsis, 13:16 Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 13:17 y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. 13:18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.

Hace 30 o 40 años atrás esto era “ciencia ficción”, pero hoy ya se sabe que la “marca de la bestia” es un microchip que se va a implantar en la mano derecha o en la frente en el cual van a estar cargados todos tus datos y tu sueldo como “dinero electrónico” (el dinero en papel va a desaparecer). Vos me dirás: no me dejo implantar el chip y listo. En primer lugar va a ser obligatorio y en segundo lugar, los que no tengan esta “marca” (este chip implantado) van a quedar afuera de todo: no vas a poder comprar ningún producto en ningún comercio (ni medicamentos), no vas a poder conseguir trabajo, vas a quedar afuera del sistema de salud (si no tenés esta marca - este chip implantado) y no vas a poder atenderte (ni vos ni tus hijos) ni siquiera en un hospital público, etc.

Vos me dirás: bueno, me implanto el chip y listo. Pero hay un problema. Si tejas marcar con esta “marca de la bestia” (si te dejas implantar este chip), para Dios es lo mismo que adorar a Satanás y esto (junto con la blasfemia del Espíritu Santo) no será perdonado por Dios.

Apocalipsis, 14:9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, 14:10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero;

Apocalipsis, 15:1 Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios. 

Apocalipsis, 16:2 Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.

El tercer templo

Mateo, 24:21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 

La señal más importante para el comienzo de la Gran Tribulación es la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15), es decir, el anticristo, dentro del templo, profanándolo y autoproclamándose “Dios”. Esta señal les dice a los fieles que estén vivos en ese momento (que no se fueron en el rapto) que la venida de Cristo a la tierra ocurrirá al finalizar los próximos 3 años y ½.

Una vez que Dios haya arrebatado o esté a punto de arrebatar a la iglesia, “empezara a tratar de nuevo con Israel” (con el rapto estará terminando la “era de la iglesia”), motivo por el cual se reanudara el antiguo pacto, con todo el sistema de sacrificios, con lo cual un nuevo templo tendrá que ser construido. Este templo que se construya (que hoy no existe) será un tercer templo: el primero, que construyo Salomón, fue destruido por Nabucodonosor en 586 a.C. y el segundo, que fue reconstruido durante la época postexilica de Esdras y Nehemías, fue destruido por los romanos en 70 d.C.. El anticristo, llamado el inicuo, levantara su imagen en el templo de Dios (esta es la abominación cometida por el desolador), declarándose “Dios” (Daniel, 9:27, 2º Tesalonicenses, 2:3-4, Apocalipsis, 13:14-15).

Muchos se preguntan por qué un nuevo (tercer) templo tiene que ser construido para seguir efectuando sacrificios si:

[1] el templo del Espíritu Santo es el cuerpo (1 Corintios, 6:19) por lo que ya no es necesario un templo físico; y

[2] El sacrificio de Cristo fue una vez y para siempre (Hebreos, 10:12) con lo cual ya no es necesario sacrificar animales;

La primera razón por la que un nuevo (tercer) templo tiene que ser construido es evidente: la “abominación desoladora” (el anticristo) de la que hablo el profeta Daniel (Mateo, 24:15), tiene que revelarse como tal en un templo, el cual profanará (autoproclamándose “Dios”)  y el cual usara como centro de sus pronunciamientos contra Dios. Por lo tanto, un nuevo (tercer) templo (que hoy no existe) tiene que ser construido.

La segunda razón por la que un nuevo (tercer) templo tiene que ser construido es que Dios va a retomar su relación con Israel exactamente donde quedo al momento que apareció la iglesia con la primera venida de Jesucristo. Durante la era de la iglesia el antiguo pacto quedo suspendido. Como los judíos, aun al día de hoy, jamás han aceptado a Jesús como Mesías, cuando la iglesia ya no esté por haber sido arrebatada, Dios retomara su relación con ellos en el punto donde había quedado hasta llevarlos (utilizando como disciplina la Gran Tribulación) a la aceptación definitiva de Jesús como el Mesías prometido a Israel. Por lo tanto, si Dios va a “retomar” su relación con Israel donde había quedado, un nuevo (tercer) tiene que ser construido para que Israel retome el sistema de sacrificios interrumpido por la destrucción del segundo templo en el año 70 d.C. a manos de los romanos.

Una tercera razón por la que un tercer templo tendrá que ser construido la encontramos en Ezequiel, 40 donde el profeta Ezequiel tiene una visión de un templo, que no es ni el de Salomón (destruido en 586 a.C. por Nabucodonosor) ni el segundo templo, reconstruido en la época pos exílica de Esdras y Nehemías (destruido por los romanos en 70 d.C.). Es más, este tercer templo que se construya se hará con las especificaciones que recibió Ezequiel. Busca en internet. Hay muchos videos acerca de la construcción del tercer templo. Incluso, ha sido creado en Israel el “instituto del tercer templo” desde donde se supervisara su construcción y también la confección de los trajes de los sacerdotes y de los instrumentos musicales que tocarán los levitas.

El fin del mundo

Antes de continuar debemos aclarar que significa “fin del mundo” en el contexto de este “discurso del Monte de los Olivos” (Mateo, 24 y 25). Con la segunda venida de Cristo lo que se producirá es el fin del sistema por medio del cual el hombre ha gobernado hasta ahora a la tierra y a sus semejantes. Cuando Cristo retorne peleara contra el anticristo y lo derrotara y tanto el anticristo como el falso profeta (las 2 bestias del Apocalipsis) serán arrojados vivos al lago de fuego (Apocalipsis, 19:20). Por su parte, Satanás será encarcelado en el abismo por 1.000 años (Apocalipsis, 20:1-3).

Durante los 1.000 años que Satanás esté encarcelado en el abismo, Jesucristo gobernara políticamente la tierra desde Jerusalén en lo que se conoce como el “reinado milenial de Cristo” (Apocalipsis, 20:6). Cumplidos estos 1.000 años Satanás “será suelto de su prisión y saldrá a engañar a las naciones” (Apocalipsis, 20:7). La rebelión será nuevamente aplastada y Satanás será lanzado al lago de fuego donde el anticristo y el falso profeta ya habían sido arrojados 1.000 años antes (Apocalipsis, 20:10). Y después de esto recién será el fin del mundo (no en la segunda venida de Cristo). Existirá, entonces, un cielo nuevo y una nueva tierra porque “el primer cielo y la primera tierra pasaron y el mar ya no existía mas” (Apocalipsis, 21).

Israel vuelve a ser una nación

Hay muchos pasajes que hablan del resurgimiento de Israel como nación. Yo elijo un pasaje del libro de Ezequiel:

Ezequiel, 37:21 y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra;

A pesar de que Ezequiel escribió estas palabras mientras los israelitas aun se encontraban exiliados en Babilonia, no se cumplieron cuando la nación retornó del exilio (en la época de Esdras y Nehemías) ya que luego, en la época de los romanos y después de Jesús se produjo la famosa diáspora o dispersión. Ezequiel estaba hablando del segundo y último retorno: el de mayo de 1948, luego de la segunda guerra mundial.

La señal de la higuera

Mateo, 24:32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.

En este pasaje, la “higuera” representa a Israel, el “brote de las hojas” representa su restauración como estado político y el “verano” representa la segunda venida de Cristo (tanto en el rapto de la iglesia como al final de la Gran Tribulación). La higuera comenzó a reverdecer en mayo de 1948, cuando nació el Estado de Israel. Si consideramos que en la “guerra de los 6 días”, librada por Israel en 1967 contra una coalición de naciones árabes, Israel recupero el control total de Jerusalén, podríamos decir que la higuera está bastante reverdecida.

Mateo, 24:34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

Lo que Jesucristo quiso decir con esto es que algunas personas de la generación que estaba naciendo cuando Israel fue restaurado como estado político en mayo de 1948 (cuando la higuera reverdeció), aun estarían vivas cuando Él retornara. De acuerdo a la propia Biblia una generación es de 70 a 80 años (Salmos, 90:10) o directamente de 70 años (Isaías, 23:15). Si tomamos como una señal decisiva la restauración de Israel en mayo de 1948 (y vaya si lo es) y que muchos de lo que estaban vivos en esa época, estarán vivos para cuando el Señor regrese, nos vamos al año 2018 (1948 + 70 años) con lo cual la segunda venida de Cristo estaría más que cerca.

Si a 1.948 sumamos 80 años (la otra alternativa de Salmos, 90:10), nos vamos al año 2.028. Año 2.023 en promedio si a 1.948 sumamos 75 años (precisamente el promedio entre 70 y 80 años). Con lo cual, como podemos ver, el retorno de Cristo estaría más que cercano. Con esto, no pretendemos “sacar cuentas” sino solo corroborar que estamos en los “últimos tiempos”, los cuales, más allá de las fechas, deben ser reconocidos por los verdaderos hijos de Dios. Recordemos que una de las principales acusaciones de Jesús a los Fariseos fue la de que eran incapaces de reconocer los tiempos del advenimiento del Mesías (que era El, Jesús), ampliamente profetizado en las Escrituras.

Mateo, 24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.

Este versículo se refiere al rapto de la iglesia y no a la segunda venida de Cristo, ya que el tiempo exacto de su segunda venida será conocida una vez que se manifieste la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15). A partir de aquí Cristo vendrá, en su segunda venida (no el rapto) a los 3 años y ½.

Este pasaje dice que solo el Padre conoce el tiempo del retorno de Cristo por su iglesia (el rapto). Hay que entender esto como una referencia al tiempo en que Cristo estuvo en la tierra, donde El se despojo de su divinidad y se hizo siervo hasta la muerte (y el siervo no conoce). Seguro que ahora Jesús, que ha regresado a su gloria anterior (Juan, 17:5), tiene conocimiento futuro de su retorno por su iglesia (el rapto).

Mateo, 24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

Cuando Cristo afirma que su (segunda) venida será como en los días de Noé, tenemos que pensar que fue lo que sucedió en los días de Noé. En los días de Noé hubo 3 categorías de personas:

[a] Enoc, que antes del diluvio, fue arrebatado por Dios, representa a la iglesia (Génesis, 5:24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios, Hebreos, 11:5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios);

[b] Noé (y su familia) que se salvaron del diluvio porque construyeron el Arca (representan a los “santos de la tribulación”); y

[c] Los impíos (incrédulos) que perecieron en el diluvio (no le creyeron a Noé);

Mateo, 24:40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 

Este pasaje no se refiere a la segunda venida de Cristo sino al rapto de la iglesia. Cuando Jesús dice “el uno será tomado y el otro será dejado”, lo dice antes de decir:

Mateo, 24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

Como ya dijimos, una vez que se manifieste la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15), la segunda venida del Señor será conocida porque ocurrirá 3 años y ½ después. Es decir, cada vez que aparezcan pasajes donde se nos diga “velad” porque “no sabéis”, etc., claramente están haciendo alusión al rapto de la iglesia.

Mateo, 24:44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

Una vez más Cristo se refiere a su venida por los fieles de su iglesia en un momento “inesperado y desconocido”. Claramente esta advertencia está dirigida a la iglesia y se refiere al rapto o arrebatamiento. No está referida a su segunda venida, al final de la Gran Tribulación, cuyo tiempo será conocido: 3 años y ½ después de que se manifieste la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15).

La única manera de armonizar la enseñanza de Cristo sobre:

[a] su venida inesperada en el rapto de la iglesia (Mateo, 24:42, 44); con

[b] su venida esperada al final de la Gran Tribulación (Mateo, 24:33);

Es dar por sentado dos fases de su segunda venida:

[1] La primera etapa se refiere al rapto o arrebatamiento de la iglesia (1 Corintios, 15:51-52, 1 Tesalonicenses, 4:15-17); y

[2] La segunda etapa, se refiere a su (segunda) venida 3 años y ½ después de que se manifieste la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15);

Mateo, 24:48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;

Como ya dijimos, es necesario saber diferenciar a quien se le habla en cada versículo. Cuando la Biblia utiliza la palabra “siervo” se está refiriendo a un cristiano, es decir, a un miembro de la iglesia de Cristo (no a un judío o a un gentil). Si, además, la expresión es “siervo malo” se está refiriendo a un cristiano inconstante (tibio). Los cristianos tibios no participaran del rapto de la iglesia por lo que tendrán que pasar por las mismas pruebas que los judíos y los gentiles: o aceptan a Cristo durante la Gran Tribulación (aun a precio de morir) o serán condenados. El Señor advirtió que vomitaría (no haría participes del rapto) a los tibios (Apocalipsis, 3:16).

De la misma forma que el infierno (el fuego eterno) inicialmente se preparo para el diablo y sus ángeles y no para los hombres (Mateo, 25:41), la Gran Tribulación estuvo siempre destinada, como ya dijimos, a disciplinar a los judíos (para que terminen de aceptar al Mesías) y castigar a los gentiles incrédulos, pero jamás estuvo destinada para la iglesia. No obstante, los cristianos tibios no participaran del rapto motivo por el cual sufrirán la Gran Tribulación al igual que los judíos y los gentiles. Ellos tendrían que haberse ido en el rapto pero, por no haber estado consagrados 100% al Señor, ahora, durante la Gran Tribulación, tendrán que probar su fe a cada instante y hasta el fin, sufriendo pruebas terribles, para conservar su salvación, incluso a costa de perder la vida.

Mateo, 24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Estas palabras de Jesús no están destinadas a la iglesia (que habrá sido raptada antes de la Gran Tribulación) sino a los cristianos tibios que no hayan participado del rapto y a los incrédulos (judíos y gentiles) que se conviertan durante la Gran Tribulación. A todos estos se les llama los “santos de la tribulación” (muchos morirán como mártires). Tendrán que “perseverar hasta el fin” para ser salvos.

Apocalipsis, 7:9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; 7:13 Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? 7:14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 7:15 Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo;

En el libro de Apocalipsis, Juan es transportado al cielo y ve a una multitud “vestida de ropas blancas y con palmas en las manos”. Uno de los ancianos que adoran a Dios le pregunta quiénes son y de donde han venido. Juan no los reconoce (un indicio de que no son la iglesia) y le dice al anciano: tú lo sabes. El anciano responde: son los que han salido de la gran tribulación. ¿Cómo salieron de la Gran Tribulación?. Muriendo como mártires (porque en la visión de Juan están en el cielo). Y están con palmas en las manos y “sirven en el templo día y noche”. Claramente no son la iglesia cuyos miembros están destinados a ser “reyes y sacerdotes”. Por lo tanto, los “santos de la tribulación” no solamente tendrán que pasar por pruebas más duras para salvarse sino que, además, no tendrán los privilegios a los que está destinada la iglesia.

Respecto de la venida del señor

2 Tesalonicenses, 2:1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.

En estos pasajes, Pablo habla de la venida del Señor y de “nuestra reunión con El”, es decir, Pablo no está hablando de la segunda venida sino del rapto o arrebatamiento de la iglesia donde, como vimos, nos “reuniremos con el Señor en el aire”. En la segunda venida, al final de la Tribulación total de 7 años, Cristo no viene a reunirse con nadie sino que viene a pelear contra el anticristo, con su iglesia con la cual se reunió antes en el rapto. De este modo, cuando Pablo dice respecto a la venida del Señor y nuestra reunión con El se está refiriendo al rapto.

Pablo les advierte a los tesalonicenses que no se turben ni se dejen convencer (no se dejen mover fácilmente de su modo de pensar) en cuanto a que la venida del Señor y nuestra reunión con El (el rapto) está cerca:

[a] ni por espíritu (se refiere a los espíritus engañadores y las doctrinas de demonios de 1 Timoteo, 4:1);

[b] ni por palabra (soltada por algún falso profeta);

[c] ni por “carta como si fuera nuestra” (probablemente los tesalonicenses recibieron, en algún momento, alguna carta como si fuera de Pablo pero que no era de Pablo; tales son las artimañas del enemigo para infiltrar y pervertir el Evangelio verdadero);

2 Tesalonicenses, 2:3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 2:4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

Es decir, el Señor no vendrá y, por lo tanto, no nos reuniremos con El (el rapto no ocurrirá) hasta que no pasen 2 cosas:

[1] la apostasía, es decir, el abandono de la fe (en una escala importante) dentro de la iglesia (un inconverso no puede apostatar porque no puede abandonar lo que jamás tuvo); y

[2] la manifestación del “hijo de perdición”, es decir, el anticristo;

Esta manifestación consiste en que (el anticristo) va a entrar en un tercer templo (aun no construido) y se va a autoproclamar “Dios”. Esta es la manifestación de la “abominación desoladora” de la que hablo el profeta Daniel (Mateo, 24:15). Y no solo se opondrá a Dios sino a “todo lo que es objeto de culto”, es decir, se opondrá incluso a las religiones falsas (paganas) porque pretenderá que se le adore únicamente a él como a un “dios”. Según Pablo, entonces, el rapto de la iglesia no ocurrirá hasta que:

[1] venga la apostasía dentro de la iglesia y alcance niveles alarmantes; y

[2] se manifieste el “hijo de perdición” (el anticristo);

Esto, por supuesto, nos conduce o nos acerca a la doctrina mesotribulacionista en cuanto a la época de ocurrencia del rapto ya que, según Pablo, la iglesia vera la manifestación del anticristo (lo cual ocurre a mitad de la Tribulación total de 7 años).

Por su parte, la apostasía tendrá 2 dimensiones:

[1] una dimensión teológica: la desviación y el rechazo total o parcial de las enseñanzas de las Escrituras; y

[2] una dimensión moral: se predicara sana doctrina pero tolerando el pecado y la inmoralidad dentro de la iglesia;

¿Que significa que el anticristo se haga manifiesto?. Se opondrá (lo veremos) contra Dios tanto (hasta el punto) de sentarse en el templo de Dios y hacerse pasar por Dios. O sea que, de acuerdo a estas palabras de Pablo, la iglesia, antes de ser arrebatada, tendría que ver a la abominación desoladora manifestada (Mateo, 24:15), por lo que un tercer templo tendrá que ser construido en los días de la iglesia.

La manifestación del hombre de pecado

2 Tesalonicenses, 2:5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? 2:6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. 2:7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 2:8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; 2:9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 2:10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 2:11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 2:12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Al momento de escribir esta segunda carta a los tesalonicenses, Pablo les dice que ya (en ese tiempo) estaba en acción el “misterio de la iniquidad”. ¿Qué es este “misterio de la iniquidad”?. Es la actividad secreta de los poderes del mal. Esta afirmación de Pablo de que ya, en sus días, estaba en acción el “misterio de la iniquidad” se corresponde con la afirmación de Juan de que, también en sus días, “han surgido muchos anticristos” (1 Juan, 2:18). Pablo les dice a los tesalonicenses que, cuando todavía estaba con ellos, el les había dicho personalmente que era lo que detenía la acción de este “misterio de la iniquidad” (de esta actividad maligna) y agrega que, cuando el que lo detiene sea quitado de en medio, esta maldad se manifestara en aquel inicuo a quien el Señor matara con el espíritu de su boca.

El único que tiene poder para limitar y detener esta actividad maligna (este “misterio de la iniquidad”) es el Espíritu Santo (es Dios). Pero, en algún momento, el Espíritu Santo será quitado de en medio, lo cual no significa que será quitado del mundo sino que cesara su influencia que restringe la iniquidad, es decir, serán quitadas todas las limitaciones contra el pecado y comenzara la rebelión de Satanás. Como la iglesia es el medio por el cual actúa el Espíritu Santo, al ser arrebatada de la tierra, el Espíritu Santo permanecerá en el mundo (convenciendo de pecado y capacitando y convirtiendo personas a Cristo) pero no actuara para detener y limitar el mal, ahora totalmente desenfrenado, porque la iglesia ya no estará presente. O sea: si actualmente no vemos cosas peores es por la presencia  en el mundo del Espíritu Santo actuando a través de la iglesia.

El Espíritu Santo no va a abandonar el planeta porque es Dios y uno de los atributos de Dios, que comparten las 3 personas de la Trinidad, es la omnipresencia (es imposible que Dios no esté en un lugar). Lo que si sucederá es que el Señor, el Espíritu Santo, Dios ya no actuara directamente para refrenar el mal porque le va a faltar su brazo derecho, es decir, la carne que utiliza el Espíritu Santo para modificar las cosas en el mundo conforme al plan de Dios y que es la iglesia, la cual ya no estará por haber sido raptada. Este inicuo, cuyo advenimiento es por obra de Satanás, dice Pablo refiriéndose al anticristo, será un gobernante mundial que, al iniciar los últimos 7 años de la historia hará un pacto de paz con Israel.

Terminara de revelar su verdadera identidad cuando 3 años y ½ después (a mitad de los 7 años) rompa ese pacto con Israel (Daniel, 9:27), llegue a ser gobernante mundial, se declare a sí mismo “Dios”, profanando un tercer templo (aun no construido), que utilizara como centro de sus pronunciamientos. Mediante el poder de Satanás y utilizando los medios masivos de comunicación (en especial la TV), el anticristo hará grandes señales, milagros y portentos para propagar el error. Estos milagros genuinos (serán verdaderos actos sobrenaturales), engañaran a la mayoría que no acepto la verdad de Jesucristo, para que acepten la mentira y sean condenados, lo cual será permitido por Dios.

El inicio de los últimos 7 años

Hasta ahora hemos hablado de que el tiempo total de la Tribulación es de 7 años, de que a mitad de dicho periodo (a los 3 años y ½) se manifestará la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15), de que, a partir de aquí, comenzará la Gran Tribulación y de que, de este modo, la segunda venida de Cristo seria conocida ya que se producirá al final de la Gran Tribulación, es decir, 3 años y ½ después de la manifestación de la “abominación desoladora” (Mateo, 24:15). También dijimos que la iglesia no entrara en la Gran Tribulación, por lo que tendrá que ser raptada en algún momento de la primera mitad de estos 7 años. Pero no hemos dicho nada acerca de cuándo inicia este periodo total de 7 años. ¿Cómo sabemos cuándo inicia este periodo?. ¿A partir de qué momento empezamos a contar?.

La respuesta está en el libro de Daniel:

Daniel, 9:24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 9:25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 9:26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

A estos versículos que acabamos de leer del libro de Daniel (Daniel, 9:24-27) se los conoce con el nombre de “las 70 semanas de Daniel”. Este fue un periodo de tiempo, que le fue revelado a  Daniel, sobre el que profetizo Daniel, en el cual iban a ocurrir una serie de eventos que iban a ser claves para Israel. La profecía es para Israel, ya que Daniel, 9:24 dice: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo [el pueblo de Daniel era Israel] y sobre tu santa ciudad [la santa ciudad es Jerusalén]”. El periodo total de tiempo al que se refiere la profecía son 70 semanas. Pero estas semanas no son “semanas de días” sino “semanas de años” con lo cual el periodo total al que se refiere la profecía es de 490 años (70 semanas x 7 años) en los cuales iban a  ocurrir una serie de eventos cruciales para Israel.

¿Desde donde empezamos a contar estos 490 años?. La misma profecía lo dice en Daniel, 9:25: “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén”. ¿Y hasta donde llega?. También la misma profecía lo dice:  "hasta el Mesías Príncipe". Y dice más: dice que entre estos dos eventos (entre la salida de la orden para edificar Jerusalén hasta el Mesías) habrá 69 semanas (en realidad la profecía dice 7 semanas y 62 semanas) o, lo que es lo mismo, 483 años (69 semanas x 7 años). La salida de la orden para reedificar Jerusalén se produjo en el año 444 a.C.. Si a estos 444 a.C. le restamos los 483 años, tendríamos que llegar hasta el Mesías, que murió en el año 33 d.C.. Pero si hacemos esta cuenta, desembocamos en el año 39 d.C. y si contamos los años transcurridos desde 444 a.C. hasta 33 d.C. suman 476 años y no los 483 años de los que habla la profecía, con lo cual las cuentas no cierran. ¿Por qué no cierran?.

Porque en los tiempos bíblicos se usaba el “calendario lunar”, donde los meses eran todos de 30 días y los años de 360 días y en los tiempos modernos usamos el “calendario gregoriano” donde no todos los meses tienen 30 días y donde un año tiene 365 días. ¿Cómo armonizamos ambos calendarios?. Muy fácil. Si multiplicamos los 483 años por 360 días (lo cual da un total de 173.880 días) y luego dividimos ese número por 365 días la cuenta da 476,383562 años (la porción decimal nos lleva puntualmente hasta la fecha exacta en que fue crucificado el Mesías). Es decir, 483 años de 360 días equivalen a 476 años de 365 días, con lo cual las cuentas si cierran y vemos que desde la salida para reedificar Jerusalén hasta el Mesías Príncipe si transcurrió el tiempo que dice la profecía: 69 semanas o 483 años.

Pero la profecía habla de un periodo de 490 años. Desde la salida de la orden para reedificar Jerusalén hasta hoy, por ejemplo, han pasado mucho más que 490 años. ¿Qué paso con esta profecía?. Paso que el “reloj profético de Dios se detuvo”. ¿Dónde se detuvo?. ¿Por qué se detuvo?. Se detuvo en la cruz de Cristo porque ahí nació la iglesia, es decir, comenzó la “era de la iglesia”. Vimos que desde la salida de la orden para reedificar Jerusalén hasta el Mesías Príncipe transcurrieron 483 años. O sea que faltan todavía 7 años por cumplirse. ¿Cuando se va a reactivar el “reloj profético de Dios”?. Con el rapto de la iglesia o antes, si es que la iglesia, en lugar de ser arrebatada al inicio de los últimos 7 años, es arrebatada a mitad de dicho periodo. El “reloj profético de Dios” es Israel y se va a reactivar cuando Dios empiece a tratar nuevamente con Israel.

¿Cuándo empiezan a contar los últimos 7 años, que fue la pregunta que nos hicimos al inicio?.

La respuesta la tenemos en este pasaje:

Daniel, 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.


El pasaje está hablando del anticristo o de ese líder mundial que va a surgir y que luego se convertirá en el anticristo. Los últimos 7 años comenzaran a contar con la firma de un acuerdo mundial por la paz, referido a Israel (“por otra semana confirmará el pacto con muchos”). Luego, a mitad de semana (a los 3 años y ½) quebrantara este pacto y se manifestara como el anticristo” dentro del (tercer) templo (“a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”). Era necesario, entonces, primero entender la profecía de “las 70 semanas de Daniel” para responder esto.



1 Tesalonicenses, 5:3 que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.

Pablo dice que cuando el mundo hable de (cuando digan) “paz y seguridad” (no cuando la consigan), vendrá sobre ellos destrucción repentina. ¿Qué es esta “destrucción repentina”?. ¿Desastres naturales?. No. Esta “destrucción repentina” es la “guerra de Gog y Magog” de Ezequiel, 38 (la tercera guerra mundial).

La “paz y seguridad” de la que habla Pablo (1 Tesalonicenses, 5:3) no parece ser la paz (el pacto) que el anticristo firmara con Israel (lo que dará inicio a los últimos 7 años o la Tribulación) y que luego, a los 3 años y ½ quebrantara y se autoproclamara “Dios” en el (tercer) templo. La “paz y seguridad” de la que habla Pablo pareciera ser una paz más endeble y fugaz, a la que sobrevendrá “destrucción repentina”, es decir, la “guerra de Gog y Magog” de Ezequiel 38, cuando una coalición de naciones musulmanas, comandada por Rusia, ataque Israel y sean destruidos milagrosamente por Dios. Es de esperar que, luego de la tercera guerra mundial, ahí si surgirá un líder mundial (que hoy no existe), que aparecerá como el “salvador del mundo” y que firmara un pacto de paz con Israel (dando inicio, así, a la Tribulación de 7 años), que 3 años y medio después quebrantara y se manifestara abiertamente.

Las abominaciones desoladoras

Hemos hablado bastante acerca de la “abominación desoladora” de la que hablo el profeta Daniel y que podemos encontrar en Mateo, 24:15, Daniel, 9:27 y 2 Tesalonicenses, 2:3-4. Esta “abominación desoladora” se refiere al anticristo de los últimos tiempos. Pero la “abominación desoladora de la que hablo el profeta Daniel” también se aplica a un personaje histórico de la antigüedad, quien profano el (segundo) templo de Jerusalén.

En el libro de Daniel, el ángel Gabriel le da al profeta Daniel la siguiente profecía:

Daniel, 8:3 Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. 8:4 Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. 8:5 Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos.  8:6 Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza. 8:7 Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder. 8:8 Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo. 8:9 Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. 

Luego, el ángel Gabriel le da a Daniel la interpretación de esta visión profética:

Daniel, 8:16 Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión. 8:17 Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. 8:18 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. 8:19 Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. 8:20 En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. 8:21 El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero. 8:22 Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él. 8:23 Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. 

La profecía habla de un “carnero” que tenía dos cuernos: estos son los reyes de Media y de Persia, le dice el ángel Gabriel a Daniel. La profecía habla también de que este carnero fue vencido por un “macho cabrío”, que tenía un cuerno notable entre sus ojos. El propio ángel Gabriel le aclara a Daniel que el “macho cabrío” es el rey de Grecia (el imperio griego) y que el “cuerno grande” que tenía entre sus ojos es “el rey primero” (Alejandro Magno). La profecía también dice que el macho cabrío (el imperio griego comandado por Alejandro) se engrandeció sobremanera pero que, estando en su mayor fuerza, el “gran cuerno” fue quebrado (Alejandro Magno murió cuando estaba en su apogeo). La profecía también dice que del “gran cuerno quebrado” (de Alejandro Magno) salieron, a su vez, otros 4 cuernos notables (otros 4 reyes) y que de uno de los cuernos (de uno de esos 4 reyes) salió un cuerno pequeño (otro rey menor) que creció mucho al sur y al oriente y “hacia la tierra gloriosa” (hacia Jerusalén).

El ángel Gabriel le dice a Daniel que los 4 cuernos que salieron del cuerno quebrado son cuatro reinos (reyes), que no iban a tener la fuerza del cuerno quebrado (4 reyes que no iban a ser tan poderosos como Alejandro Magno). Del gran cuerno quebrado (Alejandro Magno), saldrían 4 reyes y de uno de esos reyes saldría un rey que marcharía hacia Jerusalén y profanaría el templo. El profeta Daniel, que vivió durante el apogeo del imperio babilónico (al mando de Nabucodonosor quien, a su vez, fue sucedido por su hijo Belsasar) y que vivió también la caída y dominación del imperio babilónico a manos del imperio medo-persa, no vio, sin embargo, el cumplimiento de esta profecía (la caída, a su vez, del imperio medo-persa a manos del imperio griego comandado por Alejandro y la profanación del templo de Jerusalén por un rey descendiente de uno de los 4 reyes que sucedería a Alejandro tras su muerte).

Los Macabeos fueron una familia numerosa judía, que tomaron las armas contra los griegos. Y ellos ganaron muchos adeptos. De aquí surgieron los “zelotes”, que representaron la resistencia armada judía durante la época de la dominación romana (Barrabas era “zelote”). El imperio griego fue enfrentado por una minoría judía: los Macabeos.

¿Qué ocurrió en los días de los Macabeos?.

 Tras la muerte de Alejandro Magno, cuatro de sus generales, tomaron el reino: Lisímaco, Seleuco, Ptolomeo y Casandro. Uno gobernó Siria, otro Egipto, otro Arabia y otro Israel. Y de Siria (gobernada por Seleuco, quien fundó la dinastía seleucida) salió Antíoco Epifano o Antíoco IV, que profano el templo de Israel, levantando una imagen de Zeus dentro del mismo y sacrificando un cerdo en el altar (esta es la “abominación desoladora” de la que hablo el profeta Daniel).

ANTIOCO IV



En 167 a.C., Antíoco IV organizó una expedición contra Jerusalén, la cual saqueó. Según el Libro de los Macabeos, promulgó varias ordenanzas de tipo religioso: trató de suprimir el culto a Jehová, prohibió el judaísmo, suspendiendo toda clase de manifestación religiosa, mandó que se comieran alimentos considerados impuros y trató de establecer el culto a los dioses griegos. Pero el sacerdote judío Matatías y sus dos hijos llamados Macabeos consiguieron levantar a la población en su contra y lo expulsaron.

Cuando la ciudad de Jerusalén estaba sitiada ocurrió un milagro impresionante, que dio origen a una de las fiestas más importantes de la nación de Israel. El (segundo) templo vivió uno de sus días más difíciles. La “Menorah” es el conocido candelabro de 7 brazos que Dios había ordenado construir a Moisés y que se encontraba en el templo. Este candelabro tenía que permanecer encendido de día y de noche (no podía apagarse nunca).

Lo que hacía arder a este candelabro era aceite de oliva. Pero la ciudad de Jerusalén se encontraba sitiada (rodeada) por los griegos  y no había manera de conseguir más aceite, con lo cual este candelabro amenazaba con apagarse, motivo por el cual los sacerdotes judíos estaban desesperados.

Cuenta la historia que uno de los levitas, en unos pasadizos secretos del templo, encontró milagrosamente una botella, sin abrir, que contenía aceite de oliva. Este levita corrió entonces al sumo sacerdote y le mostro la botella que había encontrado, con el aceite de oliva para hacer arder el candelabro.

La porción encontrada de aceite de oliva en la botella alcanzaba solo para un día, pero, milagrosamente, alcanzo para hacer arder el candelabro durante 8 días. Por eso también hay un candelabro que tiene 9 brazos, con 9 velas y es el candelabro de “janukah”. “Janukah” es el nombre de una fiesta que también se la conoce como la fiesta de las luces o de la dedicación, recordando la gesta de los Macabeos. ¿Porque tiene 9 velas este candelabro?. Porque con una vela se van encendiendo las otras 8, porque el milagro duro 8 días. Al final de los 8 días Israel venció a los griegos. Un milagro de Dios, un milagro de sobrevivencia. Los judíos tuvieron que desarmar el altar, donde se había sacrificado el cerdo, y construir un nuevo altar. Por eso a la fiesta de “Janukah” también se la llama “la fiesta de la dedicación”, porque tuvieron que re-dedicar el altar nuevamente a Dios. Sacar las piedras y colocar nuevas piedras y hacer nuevos sacrificios en el nuevo altar. En esta fiesta de “Janukah”, el candelabro de 9 velas no se enciende todo de golpe, sino que se enciende una vela por noche.

Recién en la octava noche el candelabro arde completo. Si Israel no hubiese vencido en la gesta de los Macabeos, Jesucristo no hubiese nacido, porque lo que pretendían los griegos (impulsados por Satanás, claro está) era exterminar al pueblo judío, a la nación de Israel, para que precisamente el Mesías no venga. Tal es la relevancia histórica de la fiesta del “Janukah”. ¿Jesucristo celebro la fiesta del Janukah?.

Juan, 10:22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, 10:23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. 10:24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis;

 El versículo anterior dice que “celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación”. La dedicación del templo, sin dudas la fiesta de “Janukah”. Era invierno, dice el versículo. Esto es a mediados de diciembre, que es cuando los judíos celebran la fiesta de “Janukah”. Esta fiesta es tan importante que el mismísimo Mesías la vivió en sus días.

Lo que hizo, en definitiva, Jesucristo en Mateo, 24:15 es tomar la profecía de Daniel y decir: ojo que esto que profetizo Daniel y que ya paso, hacia el final de los tiempos va a volver a pasar (van a volver a profanar el templo).

Paz y seguridad

Te dejo un video sobre la firma de un acuerdo mundial de paz firmado por las potencias europeas y EEUU con Irán en abril de este año 2015:



Señales de la segunda venida de cristo

[a] señales generales: pestes, hambres, guerras y rumores de guerras, terremotos, multiplicación de la maldad, etc.

[b] restauración de Israel como Estado político en mayo de 1948 (Mateo, 24:32; Ezequiel, 37:21);

[c] recupero del control total de Israel sobre Jerusalén, en 1967, en la "Guerra de los 6 días" (Lucas, 21:24);

[d] acuerdo global de paz (1 Tesalonicenses, 5:3);

[e] líderes mundiales preparando el camino para el anticristo;

[f] lunas de sangre (Joel, 2:31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová;

[g] surgimiento de una religión mundial;

[h] surgimiento de una moneda única a nivel mundial;

Israel recupera el control de Jerusalén

Lucas, 21:24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.

Este pasaje de Lucas contiene la profecía relativa a la dispersión (diáspora) de Israel, profetizada por Moisés (Deuteronomio, 30:1), que sobrevino sobre Israel, junto con la destrucción del templo en 70 d.C.,  por haber rechazado al Mesías. Jerusalén, hasta que Israel recupero su control en 1967, fue gobernada por los gentiles durante casi 2.000 años, “hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” dice la profecía.

El recupero del 100% del control  de Israel sobre Jerusalén es una señal, precisamente, de que “los tiempos de los gentiles están cumplidos”. En el año 1967, en la llamada "guerra de los 6 días", Israel recupero el control total de la ciudad de Jerusalén. Hay un esfuerzo mundial para dividir de nuevo la ciudad (como parte del reconocimiento de un "estado palestino"). Casi todos los líderes de Israel han estado firmes sobre su compromiso de mantener Jerusalén unida para siempre como la capital de Israel, pero los líderes incrédulos del mundo están resueltamente determinados a dividirla.

Líderes mundiales preparando el camino para el anticristo

El ex secretario general de la ONU, el africano Kofi Annan (antecesor del actual secretario Ban Ki-moon):


Kofi Annan, en su momento, dijo:

“Si no hallamos la paz con urgencia en oriente medio, el mundo se incendiara. Además, es de imperiosa necesidad que, en este tiempo, surja un nuevo liderazgo mundial que potencie la unidad de los pueblos, que sea capaz de establecer un nuevo orden mundial, que abra la puerta al mundo para una nueva era de armonía internacional, que comande el proceso de globalización no solo en el área económica, sino que gobierne con leyes más justas la política y la sociedad, instaurando un nuevo régimen para todos los humanos, sin distinción alguna, venga de Dios o del infierno mismo. Lo recibiremos con los brazos abiertos”.

PAPA FRANCISCO I



El papa Francisco I declaro que la cruz de Cristo fue el fracaso de Dios. Puedes corroborarlo en el siguiente video:


Conclusion

Hace unos pocos años atrás, pongamos 30 años, la “marca de la bestia” de la que habla el libro de Apocalipsis (sin la cual nadie podrá comprar ni vender) y de la cual hablamos en este video, era ciencia ficción y hoy está a la vuelta de la esquina, porque ya está la tecnología y porque, como habrás notado, también está el poder del Estado que, cada vez más, lo quiere controlar todo. Los gobiernos van a entregar su poder al diablo (Apocalipsis, 17:12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. 17:13 Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia). Es decir, algo que decía la Biblia y de los cual muchos se rieron hoy es posible y, además, en algunos casos, ya se está haciendo. Israel, después de 2000 años de diáspora (dispersión)  y habiendo existido el holocausto nazi, volvió a ser un Estado independiente. La Biblia también dijo que esto pasaría. Se está a punto de acabar la gracia y van a comenzar los juicios de Dios sobre este mundo. Ya no importa si sos judío o gentil. Busca a Dios mientras pueda ser hallado.

Isaías, 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.


QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!!

Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – MINISTERIO REY DE GLORIA